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miércoles, 22 de abril de 2020

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Economía del bienestar

Economía del bienestar



La economía del bienestar es parte de la economía normativa, cuyo objetivo es evaluar diferentes situaciones de un sistema económico para seleccionar la mejor.
Su estudio data de la época de Adam Smith, quien relacionó un aumento del bienestar con un aumento de la producción, y a Jeremy Bentham, cuyas perspectivas utilitarias le hicieron pensar que el bienestar era equivalente a la suma de las utilidades individuales o, en otras palabras, a una utilidad social.
La economía tradicional del bienestar está basada en los trabajos de tres economistas neoclásicos. Alfred Marshall enunció que el bienestar de un consumidor era el excedente del consumidor y por lo tanto era medible en unidades monetarias. Vilfredo Pareto criticaría este punto de vista cardinal y sería quien construyera una verdadera teoría sobre el bienestar en su libro “Manuale di Economia Politica” (Manual de política económica), de 1906. Basándose en los principios de unanimidad e individualismo, diseñó lo que hoy en día se conoce como optimización de Pareto, que sería el núcleo de la economía del bienestar. Más tarde, Pigou escribía “The Economics of Welfare” (La economía del bienestar), de 1920, afirmando que una definición de bienestar social debía incluir tanto eficiencia como igualdad.
Durante el siglo XX, la economía del bienestar se desarrolló rápidamente. El criterio de compensación de Nichloas Kaldor y John Hicks, y las subsiguientes críticas de Scitovsky, Little y Paul Samuelson, tratan de encontrar un modo de clasificar los diferentes óptimos. También, la función de bienestar social de Bergson y el teorema de la imposibilidad de Arrow, demuestran que el bienestar óptimo no podía ser identificado. La teoría del segundo mejor, desarrollada por Lipsey y Lancaster, trataba de encontrar un óptimo cuando la optimización de Pareto no podía ser alcanzada. Finalmente, el creciente uso del análisis coste-beneficio demuestra como el análisis de la economía del bienestar sigue siendo relevante hoy en día.
https://policonomics.com/es/economia-bienestar/

domingo, 7 de abril de 2019


Andrés Edery

Actualidad

lunes, 25 de febrero de 2019

Hasta que Martín dejó Moquegua: un perfil de Martín Vizcarra

Hasta que Martín dejó Moquegua: un perfil de Martín Vizcarra  

Él hizo de su pequeña región un ejemplo de desarrollo. No se atrevió a ser primer ministro de Humala, pero sí a ir con PPK

Este perfil del primer vicepresidente Martín Vizcarra fue publicado el 18 de abril del 2016. Lo volvemos a publicar tras la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) a la Presidencia del Perú. 

Su pragmatismo fue fundamental en las negociaciones con los dueños del proyecto minero Quellaveco en el 2012. Martín Vizcarra logró que su región obtuviera decenas de millones adicionales a los inicialmente ofrecidos. Y conquistó a sus paisanos moqueguanos. Pudo jugar a ser un apocalíptico Goyo Santos del sur, pero prefirió ser un integrado al modelo que defiende PPK. Apostó a la educación –cosa insólita en un gobernador– y ganó palmas a la eficiencia.

Claro que uno se pregunta si ese pragmatismo tiene límites. Antes de hablar con él, descubro uno: se le caen las babas por su tierra. En sus 52 años solo la abandonó para estudiar Ingeniería en la UNI. Se casó con una moqueguana y tiene cuatro hijos moqueguanos. Cuando el gobierno lo llamó dos veces, para ocuparse de la PCM, respondió que prefería cumplir sus cuatro años al mando de su región.

—Adiós, Cerro Baúl—
Hasta que a Martín le llegó la hora de destetarse de Moquegua. ¿Cómo se ligó a PPK? “En marzo del 2015, un técnico de su plan de gobierno me invitó a que trabajara en el tema de educación. A los dos meses, PPK quiso reunirse conmigo. Todo fue gradual. En noviembre me pide estar en la plancha”. ¿Lo de la jefatura de campaña fue una sorpresa? “Sí, absolutamente. Yo nunca había ‘jefaturado’ una campaña, ni la mía. Abruma, pero con voluntad y sentido común, se avanza”. ¿Se deprimieron cuando Guzmán estaba en auge y ustedes caían? “No sé si fue depresión; quizá desánimo. Llegó un momento en que el partido empezó a quedarse vacío, la gente comenzó a irse. Los opinólogos decían que es una ley de la política que candidatura que empieza a caer, ya no levanta. Entonces nos decíamos que no era caída, era estancamiento. Buscábamos cualquier argumento para justificar el estancamiento”.

Valga la franqueza ante el pasado inmediato. Ante el presente, Vizcarra se ciñe al análisis FODA ppkausa: ¿Qué creen que deben fortalecer? “Dos temas. Uno: mejorar el mensaje. Teníamos un mensaje correcto pero no amigable, muy técnico. ‘Vamos a reactivar la economía’, no le dice nada al agricultor de los Andes, no le dice nada al trabajador de construcción sin trabajo. Dos: más contacto con la población”.

¿Se imagina pronto sentado, junto a PPK, con Verónika Mendoza, Barnechea? “Sí, si se dan las condiciones. Nosotros tenemos la apertura. A ver, le pongo una difícil: Mendoza les dice cero minería en cabeceras de cuenca. “Nosotros manifestamos que no va a haber minería donde la población no lo acepte. Si proyectos como Conga o Tía María no tienen la aceptación de la población, se postergarán”. O sea, consulta a la población, sí; pero excluir a priori zonas para la minería, no. “Es que soy ingeniero y creo que lo que tiene solución técnica no se tiene que descartar. Ahora, si hay oro debajo de una reserva natural o de Machu Picchu, no se toca, pues”. ¿O debajo del Cerro Baúl [emblema de Moquegua]? “[Ríe] Si se puede hacer un túnel sin tocarlo, quizá”.

—El negociador—
Antes de la gestión que lo puso en la vitrina política, Martín tuvo su pequeña épica. ¿Participó en el ‘moqueguazo’ del 2008? “Claro, por eso fui presidente regional de Moquegua. El ‘moqueguazo’ se genera por unas declaraciones que yo hice. Había una distorsión en el reparto de regalías que afectaba la región y yo lo expliqué en un medio de comunicación. El Frente de Defensa generó un movimiento social”. ¿Sintió que el movimiento popular desbordó sus razones técnicas? “Efectivamente, se desbordó”. ¿Estuvo de acuerdo con el bloqueo de carretera? “No, pero soy consciente de que el motivo era justo. En todos los conflictos hubo muertos, en Moquegua no hubo muertos”. Si entra al gobierno, va a estar del otro lado, ah. “Lo tengo claro, y sabré escuchar”.

Que no era revoltoso, lo demostró al mando de la región. Se abocó a sacarle una buena tajada al Gobierno Central. “Humala me dijo, ‘ya Conga no va, haz todo el esfuerzo para que salga Quellaveco’. Le dije, ‘el pueblo ya no cree. Cuajone tiene 35 años y no se han hecho grandes obras’. Yo tenía una solución: Quellaveco va a generar S/1.000 millones de renta anual, le dije que me los diera como adelanto”. Ahí hay una figura interesante, le digo, que el Estado suelte plata a la región como adelanto de lo que recibirá en muchos años. “Nuestro plan de gobierno establece el concepto de ‘adelanto social’”, dice con la sonrisa de tener todo aprendido y todo calculado.

Pero falta mucho por aprender y calcular para PPK y para su práctico lugarteniente. Si no, no hubieran bajado, luego subido y pasado a la segunda vuelta obligados a coquetear con todo el espectro anti-Keiko. Precisamente, Martín, junto a PPK y Meche Aráoz, son los encargados oficiales del coqueteo y conciliación. Le pongo un ejemplo, ¿conciliarán con los S/1.000 de salario mínimo que plantea el FA? “Que sus técnicos nos expliquen cómo lo justifican y oiremos. Quizá en dos años puede estar en S/1.000”. Claro, con el 6% de crecimiento y con la reactivación que lograremos con la rebaja del IGV, lo pico. “Esa rebaja permitirá ampliar la base tributaria. Lo bueno es que es un proceso gradual, primero se baja un punto, al recuperar, se vuelve a bajar”. Le hago la misma pregunta que hice a PPK. Si tras bajar el primer punto, el efecto no es el esperado, ¿bajan el segundo? “Yo creo que no”, contesta sin titubear. PPK me respondió otra cosa: “Es que eso no va a pasar”.

Vizcarra sonríe y asegura que con PPK hace buena combinación: “Un economista y un ingeniero. Él se encargará de que la caja aumente, yo de hacer las obras y proyectos”. Y Meche Aráoz al Congreso, digo para completar la plancha. “Y puede ayudar en la modernización del Estado”.

¿Es consciente de que de ganar PPK puede llegar a ser presidente?, le pregunto antes de despedirme. “Cuando él esté de viaje, claro. Ya ha dicho que de ser presidente, apenas juramente, el primer viaje que hará será a China”. ¿Y si tiene algún problema serio de salud? “Como te respondió Pedro Pablo a propósito del IGV: es que eso no va a pasar”.

Fernando Vivas 



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