Rafael Romero
Los asalariados de El Comercio le han saltado a la yugular al presidente Ollanta Humala por opinar que es necesario un debate en el Congreso en torno a la concentración de medios. Pero hay que ser muy claros en esto, pues los amanuenses de ese paquidermo, considerado todavía por algunos como “el decano de la prensa nacional”, al criticarlo se fueron por lo adjetivo, tratando de llamar la atención pública en el sentido que el jefe de Estado se equivocó cuando citó a IPYS como el autor de esa propuesta de debate parlamentario. Es decir, han buscado distraer mañosamente al primer mandatario y a la opinión ciudadana acerca de si esa ONG lo planteó en esos términos o no.
Sin embargo, reitero, la tesis de “los comerciantes” se fue por las ramas, es minúscula y adjetiva, frente a lo sustantivo de la opinión presidencial: la urgencia a debatir sobre la concentración de medios, sea allá o acullá, aquí o allí, pero debate nacional al fin. Por eso, cuando El Comercio manipula a algunos congresistas haciéndoles decir que el Parlamento no puede debatir el tema de marras, mientras no haya un proyecto de ley, miente y miente de cabo a rabo; pues no se necesita de una iniciativa legal para hacerlo, ya que se puede recurrir a mociones que inviten a un pronunciamiento inicial del Congreso sobre la concentración mediática; o bien puede organizar foros, simposios, conferencias en el Hemiciclo Raúl Porras.
Es más, no solo el escenario parlamentario es el ideal para un debate sobre un asunto crucial para el ejercicio libre e independiente del periodismo, para el respeto al derecho a la información de ciudadanos que son manipulados mediáticamente por un grupo como El Comercio, que antepone sus intereses particulares al interés nacional, al tener por ejemplo pingües negocios, licitaciones y alianzas público privadas con el Estado, con gobiernos regionales o municipalidades provinciales y distritales; pero también es fundamental porque tiene que ver con la pluralidad informativa, base de la democracia.
Otra tesis desesperada de El Comercio fue la de esgrimir que su caso está judicializado. Esto también es adjetivo porque un hecho judicializado, cuando están de por medio conceptos esenciales de libertad de prensa, expresión y opinión, no debe silenciarse. Y como bien ha recordado el presidente Humala, la libertad de expresión no es una mercancía ni una cuestión societal entre ese medio y Epensa, trasciende a un debate ciudadano abierto, en la academia, la universidad, los gremios profesionales y en las organizaciones sociales del país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario