Lerner se vio sobrepasado: Villafuerte y Valdés despachaban en paralelo con el mandatario, que terminaban dejándolo sin piso.

En el Gobierno había una pugna entre militares y civiles.
Los primeros, representados por el asesor Adrián Villafuerte –un coronel en retiro muy cercano al presidente Humala desde 2006– y los civiles, representados por el premier. Incluso se comenta que Villafuerte y Valdés despachaban en paralelo con el mandatario, que terminaban dejándolo sin piso.
El mensaje a la Nación que el jefe de Estado dio el domingo pasado anunciando la declaración del estado de emergencia en Cajamarca no se lo habían consultado. Como tampoco le informaron sobre la detención del dirigente cajamarquino Wilfredo Saavedra.
Durante la celebración por el Día del Ejército –donde, dicho sea de paso, también estaba Villafuerte– Humala planteó la revisión del voto de los militares, lo cual había sido apoyado por Lerner cuando era presidente de la Asociación Transparencia.
El viaje que hizo Valdés solo a Cajamarca, el 23 de setiembre, fue para
constatar lo que ocurría contra Minas Conga para, luego, informarle al mandatario.
Medidas como el estado de emergencia y ladetención de Wilfredo Saavedra también se habrían adoptado entre los dos.
Otro indicio sería el viaje en helicóptero que hicieron juntos a Cañete, para supervisar los incidentes por la toma de la carretera.
Pero el alejamiento de Salomón Lerner se debió también a que ya estaba cansado del trajín de este despacho y porque sabía que los conflictos que se vienen, a partir del próximo año, ya no serían tres sino 10.
Es decir, que a los problemas sociales en Cajamarca Andahuaylas y Cañete, se sumarían, a partir del 6 de enero, los de Cusco, Arequipa, Moquegua, Tacna, Madre de Dios y Amazonas. Casi todos contra la minería, la extracción de gas o la construcción de centrales hidroeléctricas.
Su desazón se la había confiado a Alejandro Toledo, hace unos días, en una reunión que tuvo en el restaurante miraflorino La Gloria.